La Importancia del Electrocardiograma (ECG) en los Exámenes Preoperatorios
Un médico veterinario, ya sea cardiólogo o clínico general, comprende la importancia de someter a perros o gatos, incluso sin síntomas, a un electrocardiograma veterinario (ECG) como parte de la evaluación preoperatoria de cualquier naturaleza. Este procedimiento es fundamental para determinar los riesgos anestésicos.
Lógicamente, si esta atención es esencial en el preoperatorio, ante síntomas cardiorrespiratorios, un examen como el ECG es la primera medida para obtener un diagnóstico preciso de la enfermedad que afecta al pequeño animal. Además, la buena práctica veterinaria indica realizar un ECG anual para perros y gatos a partir de los 6 años, como medida preventiva contra enfermedades geriátricas.
Son múltiples las posibilidades de origen de estas enfermedades cardiorrespiratorias que, muchas veces, se descubren precisamente al realizar los exámenes preoperatorios:
- Traumatismos, después de atropellos, caídas o peleas;
- Predisposición racial;
- Enfermedades congénitas;
- Diversos tumores, etc.
Por lo tanto, el electrocardiograma veterinario, que evalúa la actividad eléctrica del corazón del pequeño animal, es fundamental en el preoperatorio, así como para detectar y controlar las enfermedades cardíacas en diversos momentos a lo largo de la vida del perro o gato. Se trata de un examen no invasivo, indoloro y que no requiere preparación previa.
El ECG puede considerarse el primer examen en el ámbito de la cardiología veterinaria. Si es necesario un seguimiento cardiológico, se deberán realizar otros exámenes, como la ecocardiografía Doppler, el holter, las radiografías torácicas, entre otros. Sin embargo, en este artículo nos centraremos en el ECG.
Cuándo utilizar el ECG
Un artículo que revisa la literatura veterinaria sobre el ECG en perros y gatos, incluyendo obras de expertos en el tema como Guillermo Belerenian (“Afecciones Cardiovasculares en Pequeños Animales”), Larry Patrick Tilley (“Esenciales de Electrocardiografía Canina y Felina” y “Electrocardiografía para el Clínico de Pequeños Animales”), Mike Martin (“Electrocardiografía de Pequeños Animales”) y Stephen J. Ettinger (“Tratado de Medicina Interna Veterinaria”), entre otros, presenta orientaciones sobre cuándo se debe utilizar el ECG.
La cuestión de los ruidos cardíacos, o tonos, por ejemplo, que son las manifestaciones acústicas generadas por el impacto de la sangre en diversas estructuras cardíacas y en los grandes vasos, debe ser la base del análisis fisiológico en el examen clínico. El problema es que no todos pueden ser detectados en la mera auscultación del ciclo cardíaco.
El ciclo cardíaco comprende el período de relajación (diástole) y el período de contracción (sístole). Los tonos que pueden estar presentes son: 1) de cierre de las válvulas atrioventriculares (mitral y tricúspide), sonido que precede a la sístole; 2) de cierre de las válvulas semilunares (diástole); 3) de llenado ventricular rápido; y 4) de contracción atrial.
Según el artículo, la presencia de la asociación de los tonos 3 y 4 con los tonos 1 y 2 caracteriza el “ritmo de galope”, que es difícil de auscultar. El tono 3 puede encontrarse en pacientes con cardiomiopatía dilatada, mientras que el tono 4 puede identificarse en pacientes con cardiomiopatía hipertrófica, que generalmente es propia de los gatos. La diferenciación entre los tonos 3 y 4 tampoco puede hacerse en la auscultación simple. Por lo tanto, el ECG es el recurso auxiliar en la detección de sobrecargas no auscultadas.
En la lectura del electrocardiograma, se miden diversos elementos, especialmente la frecuencia cardíaca, es decir, el recuento del número de latidos por minuto es una información básica. Según los autores, se consideran parámetros usuales: 1) perros adultos, de 70 a 160 lpm; 2) perros de razas gigantes, de 60 a 140 lpm; 3) perros de razas pequeñas, hasta 180 lpm; 4) cachorros de perro, hasta 220 lpm; y gatos, de 120 a 240 lpm.
- El análisis de esta frecuencia y ritmo conducirá a la indicación de diversas anormalidades, incluyendo:
- Bradicardia sinusal. El ritmo sinusal es normal, pero la frecuencia está por debajo de los parámetros aceptados anteriormente;
- Bloqueo/Parada Sinusal (Arresto Sinusal). La frecuencia cardíaca varía y está frecuentemente correlacionada con bradicardia. El ritmo es regularmente irregular o irregular con pausa. Común en perros de razas braquiocefálicas;
- Bloqueo Atrioventricular de 1º grado. En este caso, el intervalo P-R, que es el tiempo que transcurre desde la salida del impulso del nodo sinusal hasta alcanzar el nodo atrioventricular, es mayor que 0,13s en perros y mayor que 0,09s en gatos, en comparación con el ritmo sinusal normal. Además de otras causas, es común en animales seniles, como los Cocker y los Dachshund;
- Silencio atrial. Baja frecuencia cardíaca, con ritmo regular. El ECG no muestra las ondas P, que no aparecen ni después de la aplicación de atropina ni después del ejercicio. Las causas pueden estar relacionadas con la enfermedad de Addison (hipocortisolismo), insuficiencia renal u obstrucción urinaria;
- Enfermedad del nodo sinusal. El perro presenta bradicardia sinusal severa y persistente. Esta bradicardia se alterna con taquicardias supraventriculares (síndrome bradicardia-taquicardia). Común en Schnauzers hembras miniatura, de origen genético. Se puede considerar la adopción de un marcapasos artificial permanente.
El avance del ECG
Si su clínica no está especializada en cardiología, probablemente no cuente con un equipo de electrocardiograma, debido a los costos y también al espacio que podría ocupar. No hay de qué preocuparse más. Ahora existen electrocardiógrafos portátiles para uso exclusivo veterinario.
Uno de los que ha tenido mayor aceptación en la telemedicina veterinaria es el InCardio. Se trata de un electrocardiógrafo portátil inalámbrico de 12 derivaciones, desarrollado para uso exclusivo veterinario en pequeños animales. En el aparato, está configurado un software capaz de monitorear, recopilar y analizar el trazado eléctrico resultante del examen, así como un módulo de telemedicina cardiológica para enviar esos trazados y recibir los respectivos informes.
Según la revista “Perros y Gatos”, el mundo vive la era de las aplicaciones, tabletas, teléfonos inteligentes y computadoras portátiles. La tecnología forma parte del día a día de las personas, con el objetivo de simplificar la vida de todos con paquetes de facilidades y, por lo tanto, en la medicina veterinaria esta tendencia no es diferente.
El artículo destaca que la portabilidad, el tamaño, el peso, la practicidad y la aplicabilidad son los requisitos básicos cuando se piensa en el desarrollo de soluciones y productos para el área veterinaria, exactamente las características presentadas por el aparato de ECG portátil, desarrollado por InPulse Animal Health.
Lo interesante es que el InCardio no solo satisface las necesidades de diagnóstico en perros y gatos, sino que también ha sido probado para su uso en manatíes, caballos, ponis y monos. En estos casos, existe una versión del InCardio fabricada en aluminio, también portátil e inalámbrica, que puede utilizarse a una distancia de hasta 6 metros del ordenador.
La verdad es que el avance de la telemedicina veterinaria está facilitando la obtención de diagnósticos rápidos y seguros por parte de los médicos veterinarios, con una relación costo/beneficio compensadora, tanto para los casos preoperatorios como para las demás situaciones a lo largo de la vida del perro o gato.
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